En diciembre hice un viaje a Puno y Bolivia con mi hermana y su amiga. Fue una especie de viaje de mochileros (o algo así). Y ya que este es mi blog/diario o eso... Viaje, te dejaré guardado aquí.
Llegamos en la noche a Juliaca en avión, y tomamos un colectivo para que nos llevara a la ciudad de Puno. Nos quedamos en Puno hasta la mañana siguiente, día en el cual íbamos a partir hacia Desaguadero, para pasar a Bolivia y dirigirnos a La Paz.
Vale decir que yo sufro en las alturas. Me da soroche y me siento pésimo. Y este viaje no fue la excepción. Y como a todos lados nos movilizábamos en autos y búses, el movimiento no me hacía para nada bien.
Al menos ver los hermosos paisajes me animaban un poco más. ¡Me encantaba ver las nubes tan cerca!
La Paz es una ciudad... ¿cómo decirlo? Sube y baja. Algo que no me incomodaría si no estuviera tan mal por la altura. Pero a pesar de lo mal que sentía, el cielo de verdad me animaba muchísimo. Tan celeste y con las nubes tan cerca como si pudiera tocarlas.
Tomamos una especie de Mirabus (así lo llamamos acá en Lima) para pasear por ciertos puntos de La Paz e ir hacia el Valle de la Luna. El Valle de la Luna se recorre caminando, y no es mucho. Nosotros hicimos el camino de atrás hacia adelante (no tengo idea del porqué, yo sólo seguía a la guía) y un recorrido más corto porque no teníamos mucho tiempo. Pero el paisaje es lindo de ver.
En lo que continuabamos el recorrido empezó una lluvia increíble. Pero con vientos torrenciales y empezó a hacer un frío terrible. Acá en Lima nunca llueve de esa manera, así que... No sé, por una parte estaba emocionada.
11 horas de viaje para llegar a mi destino soñado: Uyuni. Desde que vi esas fotos del lugar donde el suelo parece espejo, me enamoré y me llenaron las ganas de visitarlo. ¡Por fin pude! El salar de Uyuni es un lugar mágico, en serio. El dolor de cabeza ocasionado por el soroche se me fue instantáneamente, y disfruté todo. El salar es enorme y hace demasiado calor, pero se los juro, la vista es inigualable.
Dentro del tour que tomamos también estaba incluído la visita al cementerio de trenes, el cual lo hicimos luego de visitar el salar. El único problema es que justo es ese instante empezó una tormenta de arena y sabía que la lluvia se acercaba, porque podía oír truenos a lo lejos. Hubiera querido poder quedarme más tiempo para tomar fotos, ya que el cementerio de trenes es un lugar de fotografía, pero estaba tan asustada de que un rayo me cayera que prácticamente vi todo y regresé corriendo a la camioneta.
Otro destino el cual vimos en La Paz, ya que mi hermana insistía en ir, es el Mercado de Brujas. Ahí encuentras... Diversidad de cosas... ¿Cómo decirlo? Ese tipo de cosas para que el año empiece bien y tipo "chamán"(?) algo así, if you know what I mean. Aparte de cosas para ofrender a la Pachamama, también habían fetos y alpacas bebés, colgadas en plena calle. Fue... Interesante de ver.
